The Romanticos. Entrevista en Deia

Andres Portero firma la entrevista a doble página en Deia.
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The Románticos. Tiempo de blues
Los Festivales interlacionales de Blues de Getxo y Donostia ya han tenido la oportunidad de escuchar cómo suena My Time, el CD del debut del trío vasco The Romanticos, centrado en la música afroamericana, el r&b principalmente. "Siempre he vivido la musica afroamericana, en muchas de sus vertientes", según Iker Piris, compositor, guitarrista y cantante.

-¿Cuándo se enamoró de la música?
En mi casa siempre ha estado presente, en mi familia paterna y materna hay tradición musical. Comencé a tocar la guitarra con 14 años, por iniciativa propia. Al principio tocaba por mi cuenta y después, con la ayuda de una profesora adquirí unos conocimientos básicos del instrumento. Durante algunos años trabajé sólo y en ocasiones, recibí alguna clase de profesores como Roberto Yaben o Jorge González. Escuchaba grupos como The Beatles, Nirvana, Led Zeppelin, Jimi Hendrix, Otis Reading, entre otros.

-¿Desde siempre sintió el "tirón" por la música negra, el blues principalemente?
Recuerdo los dos primeros discos de blues que me compré en la adolescencia: Robert Cray “False accusations” y Johnny Guitar Watson “Witchcraft”. Me cautivaron profundamente esos sonidos. Después llegaron a mis manos discos que despertaron aun más mi curiosidad, B.B. King, Stevie Ray Vaughan, Wes Montgomery, Miles Davis y Dexter Gordon. En definitiva, la música afroamericana siempre ha estado conmigo en cualquiera de sus vertientes.

-Acabó en Musikene. Parece el "punto de partida" obligado para todo músico profesional vasco, especialmente los relacionados con el jazz y el blues.
Es un conservatorio centrado en la música jazz, con un alto nivel de exigencia y buen profesorado, en el que adquieres muchos conocimientos del género. En mi caso en particular, me aportó cosas pero también me quitó otras, que me ha costado mucho esfuerzo volver a recuperar. Aunque indudablemente, el título te ayuda a la hora de buscar empleo como docente.

-Mirando su currículo resulta increíble el montón de proyectos en los que ha tomado parte. ¿Cúales destacaría por su importancia como aprendizaje?
Todos los músicos con los que he tenido el placer de tocar me han aportado algo positivo. Inevitablemente te impacta colaborar con gente que tiene un bagaje profesional mayor que el tuyo, es el caso de Sheila Cuffy, Jesse Dee, Jon Urrutia y Tonky de la Peña. Aunque he disfrutado y disfruto enormemente cuando toco con gente como Sergio González (Funky Station), Jon Celestino (Broken Brothers), Álvaro Gaviria con el que colaboro en otro proyecto (BiBlues), y Juan Ignacio Ortiz (The Cherry Boopers), entre muchísimos otros.

- Hábleme de los inicios del proyecto, de sus integrantes y con qué objetivo se formó la banda.
Nos conocimos en Musikene, pero formé la banda al finalizar la carrera. Principalmente quería dar forma a mis canciones, en este caso a través del blues. Buscaba buenos amigos en los que poder confiar y con los que trabajar, y evidentemente que aportasen su verdad y se implicasen en el proyecto. Desde el primer momento la relación con Hilario y Xabier ha sido fantástica. Son dos músicos con una calidad humana y artística envidiable. Espero que demos guerra durante muchos años juntos con The Romanticos.

-Tras tres años de camino se ha optado por grabar. ¿Cómo fue el proceso de composición y la elección de repertorio?
En mi caso, la labor compositiva comienza cuando estoy encerrado en mi estudio trabajando, o ensayando con The Romanticos. Alguna vez me invade la inspiración en algún momento del día, pero la mayoría de las veces tengo la guitarra encima. A veces lo tengo muy claro y muestro la idea al trío; otras en cambio, es cuestión de trabajarla entre los tres durante el ensayo.

·¿Cómo resultó la grabación?
La grabación la realizamos los tres músicos in situ en los estudios Pottoko de Beasain con la colaboración de Paul San Martín y Fredi Pelaez. Es un momento intenso, emotivo y algo estresante, por la necesidad de reflejar lo mejor posible el trabajo realizado durante mucho tiempo en tan sólo unos días.En cuanto al repertorio, nuestra intención era apostar por las composiciones originales, aunque en la música afroamericana, tocar adaptaciones de otros músicos es algo natural.

-¿Si no existiera Gaztelupeko Hotsak habría que inventarlo? Lo digo por su apoyo a esas "otras músicas", alejadas del pop y el rock más comercial.
Es necesario que un sello como Gaztelupeko Hotsak este presente en el panorama musical. Sin sellos como este, proyectos como el nuestro se quedarían sin cobertura. Publicar con ellos te asegura la proyección a un público determinado, así como sentir el respaldo de una labor profesional reconocida en el ámbito musical.

-Ya no se venden discos ¿cúal sería el futuro deseado para usted y el grupo? 

Me gusta compaginar mi trabajo como docente y músico. Indudablemente sería imposible subsistir con el sueldo que consigues en los conciertos. Como grupo, creo que mis compañeros estarán de acuerdo, buscamos crecer como conjunto, profundizar más en nuestro sonido y por supuesto ofrecer el mayor número de actuaciones posibles en salas, clubs y festivales; plataformas indispensables a la hora de vender discos.